Creyó convencer a todos de su indiferencia , pero a mi no, desde el primer momento supe la verdad ...sus ojos decían mucho más de lo que jamás diría su inagotable parloteo.
La primera vez que la ví casi consigue engañarme, con esa postura tan correcta, su tenaz sonrisa y esa forma tan natural de ser borde... pero recordé algo, jamás puedes juzgar a un libro por su portada.
Y con ese pensamiento empecé a fijarme... en sus movimientos..., su forma de sonreír y hablar incansablemente...
Me fijé hasta que acalló la multitud a mi alrededor ..., ya no escuchaba su risa ,ni sus incesables palabras, en sus ojos solo veía dolor ...,un mar de lagrimas que esperaban la soledad para salir..., innumerables pensamientos se acumulaban en su mente y la atormentaban .....
Hasta que comprendí lo que pretendía.....se obliga a rodearse de gente para no llorar, de hablar hasta quedarse
sin voz para no escuchar sus propios pensamientos, a ser distante,
para no sentir que su corazón aún late, a evitar recuerdos para aislarse del amor que conllevan... y así poder ser fuerte y
demostrar su frialdad.... tan falsa e inexistente...
La tentación de hacer algo se apoderó de mi, me acerqué, la abracé y al oído le susurré: " ya no estás sola, no volverás a estar sola..."
Ella sorprendida, asustada me miró..., de repente noté como se relajaba en mis brazos y me sonrió con la mirada.
Al ver su sincera sonrisa, sentí que yo también había estado solo... En ese mismo momento el impulso de besarla fue mayor que el posible rechazo, así que sin dejar de mirar sus ojos, la besé con una pasión que desconocía sentir...
Los dos lo supimos, ya no estabamos solos y que no lo volveriamos a estar...